sábado, 13 de septiembre de 2014

VIAJE A SAN SEBASTIÁN (DONOSTIA)



V IAJE A SAN SEBASTIÁN

En la estación cogemos el tren con destino Madrid, donde el  avión nos llevará a Donostia.

En el aeropuerto observamos en las pantallas que tenemos que pedir las tarjetas de embarque por autochecking. Nos dirigimos a una azafata virtual para realizarla, llevándonos la desagradable sorpresa de que el vuelo tiene overbooking.




Había oído hablar de la venta de más billetes que asientos tiene el avión, pero eso era algo que les pasaba a otros, nunca imaginé que nos sucediera. Reclamamos en el departamento de Atención al Cliente. Nuestras quejas la aceptan con naturalidad, están acostumbrados, y después de trastear con el ordenador nos dan sitio para el siguiente vuelo, 4 horas después. Dos vales de comidas y dos tarjetas  de 125 euros cada una es la indemnización por la demora.

Llegamos  ya de noche al hotel, dejamos las maletas y fuimos a ver la célebre playa. Me llamó la atención el contraste de la oscuridad del mar  con las luces del animado paseo, los edificios y el contorno de una isla cercana.



Playa de la Concha

Es la imagen más universal de San Sebastián. A lo largo del paseo se levanta  su famosa barandilla, que se colocó en 1910, y sus características farolas situadas en la primera rampa de acceso a la playa. Es el símbolo del Premio del Festival de cine de la ciudad.


Dos torretas con un reloj y un barómetro en la parte superior se encuentran en otra rampa  de bajada 



La playa de La Concha es la preferida por los donostiarras. Es encantadora con la isla de Santa Clara enfrente y a los lados los montes Urgull e Igueldo.
Durante los días de estancia, siempre hizo sol y calor, íbamos un rato por la tarde. Había dos formas de estar en ella, tirarse a la arena o alquilar  sillas por 1,20 euros. Incómodas, parecía que te encontrabas  viendo una cofradía.



 



Ayuntamiento
  
El antiguo Casino de la ciudad está enmarcado en un señorial jardín de tamarindos. El edificio fue construido en 1887. Cerró por la prohibición del juego en 1924. El 20 de enero de 1945 se trasladó el Ayuntamiento a este edificio.


La parte vieja

Se concentra entre el Bulevar, el monte Urgull y el puerto. Ocupa el espacio de la antigua ciudad amurallada.




Sus estrechas calles toman relevancia por las noches cuando una multitud se agolpan en los bares para deleitar los famosos pintxos.



Plaza de la Constitución

            Está situada en el  corazón de la parte vieja. Su edificio central fue hasta la década de los cuarenta Ayuntamiento. Los balcones de los edificios que la rodean tienen impresos uno números de cuando se celebraban en ella espectáculos taurinos y se alquilaban a las clases pudientes.




   
 


Kiosco de música

 Situado en Boulevard. Es una estructura modernista de hierro en la que destacan  el color de los cristales  y la decoración floral  realizada en forja. Se  adjudica al ingeniero Gustave Eiffel.


Mercado de la Bretxa
 Data del año 1870. A principios del siglo XVIII, las tropas del Duque de Berwik asaltan la ciudad abriendo dos brechas en la muralla. Un siglo después, los soldados anglo-portugueses vuelven a entrar por este mismo lugar; es el 31 de Agosto de 1813. El boquete que apareció en la muralla es lo que da origen al nombre del mercado. Este se ha visto relegado a un sótano. Las casheras (cultivadoras de sus propias huertas) han sido colocadas bajo una marquesina adosada al edificio.

  



Monumento al Tamborrero

            Cada 20 de enero es una fiesta de tambores y barriles. Ese día se celebra la festividad en honor a su patrón, es el día más sentido por los donostiarras. Se comienza con la izada de la bandera, la “Marcha de San Sebastián” interpretada por los tamborreros en la Plaza de la Constitución y el desfile de las agrupaciones.



Iglesia de San Vicente

  Es el templo más antiguo de San Sebastián Fue construida durante la primera mitad del siglo XVI. El exterior de la iglesia presenta un aspecto tosco debido a la función defensiva de las construcciones de la época. Destaca el retablo mayor de S. Vicente (1586 )




Monte Urgull y Castillo de la Mota

            Las primeras obras de fortificación de la cima del monte Urgull  datan del siglo XII. La villa tenía una especial situación marítima comercial y fronteriza.
El Sagrado corazón se levantó en el año 1950 en la plataforma superior del castillo, mide más de 12 metros de altura y se ve a gran  distancia. También posee un cementerio inglés donde descansan los oficiales y soldados británicos que murieron en la batalla de 1813 contra las tropas francesas que ocupaban la ciudad y que finalmente ocasionó el incendio que la arrasó.








Basílica de Santa María del Coro

            Situada en el corazón de la Parte Vieja de la ciudad, es una de las obras arquitectónicas más visitadas de Donostia. El templo que conocemos actualmente data de 1750. Se construyó sobre una antigua iglesia románica y por ello, está considerada como la iglesia más antigua de la ciudad.
La nave central, de gran altura, está cubierta con bóvedas de crucería y el coro se sitúa al final de la misma. En el altar mayor, se venera la imagen de la Virgen del Coro, que junto a San Sebastián son los patrones de la ciudad. El santo también está presente tanto en un lienzo del altar mayor como en una escultura de la fachada.




Catamarán
 Partiendo del puerto pesquero, hicimos un bonito itinerario por el mar Cantábrico que permitía conocer la costa, las playas y magníficos paisajes






Teatro Victoria Eugenia

Cargado de historia, el Teatro ha sido testigo desde su inauguración en 1912, de los principales
acontecimientos culturales de la ciudad
 
Puente de Zurriola

            Es el primero de los cuatro puentes  en la desembocadura del río Urumea. Fue construido en 1915, aunque tres años más tarde su estructura fue modificada a causa de los continuos embates del mar. Sus farolas son  de estilo futurista y expresionista. A su lado el palacio de Kursaal, dos cubos diseñados por Rafael Moneo.

Plaza de Guipuzcoa

Bonita plaza en la que se encuentra un reloj de Sol y una pequeña cascada con patos, pero lo que más llama la atención es un templete en la zona central, que contiene informaciones astronómicas y meteorológicas.  La cúpula, por la parte inferior, muestra el firmamento visible desde San Sebastián el 1 de Agosto a las 9:30 horas de la noche. Justo debajo hay una esfera que representa a nuestro planeta





Monte Igueldo

            Si la subida al Urgull se realiza en autobús, el cuerpo no está para andar un kilómetro de cuestas, para visitar esté macizo todavía más empinado se hace en un pintoresco funicular inaugurado el 25 de Agosto de 1.912. Es el más antiguo de Euskadi y el tercero de España.  Llegado a la cima  encontramos un parque de atracciones. También existe un faro  conocido como “la farola” a 180 metros sobre el nivel del mar, así como un torreón del que se puede disfrutar de las más hermosas vistas sobre Donostia y sus alrededores. Al ser el monte  privado cuesta dinero entrar, el pago del funicular vale lo que la entrada.

            Causa extrañeza ver  una gran piscina con gente dándose un chapuzón, resulta que en la ladera hay un hotel.







Los vascos y la música

Los vascos son conocidos por su gran afición  al canto y  al baile.


Acuario

Se inauguró en 1928. Fue el primer museo dedicado a las ciencias naturales que se fundó en España.


Tiene la capacidad de 1.800.000 litros de agua y lo atraviesa un túnel de 360º. Posee más de 5.000 peces entre los que destacan dos tiburones toro, el más  peligroso de todos. También acoge un bonito museo con  reproducciones  de navíos y colecciones de corales, crustáceos, fósiles y conchas marinas.




Puente de María Cristina

El tercero de los puentes comunica directamente el centro de la ciudad con la estación del ferrocarril. Fue construido en el año 1904 en el plazo récord de nueve meses, y se caracteriza por su monumentalidad. Es el más bello de San Sebastián y está inspirado en el puente parisino de Alejandro III. Sus cuatro obeliscos de 18 metros de altura, cargados de ornamentos, representan la Paz y el Progreso.





Catedral del Buen Pastor

La iglesia abarca una superficie de 1.915 metros cuadrados y fue inaugurada en 1.897. Tiene rango de catedral desde 1.953. Es el edificio religioso más notorio de la capital guipuzcoana, dotado de una acusada verticalidad, y el más grande de Guipúzcoa. Su interior no nos dijo nada. A la entrada a hay una cruz de Chillida.


HONDARRIBIA-PASAJES DE SAN JUAN

           
Hondarribia (Fuenterrabía)
Nos sorprende su trazado  del Medievo, y sus angostas calles adoquinadas. En ella se encuentra el Aeropuerto de San Sebastián. La Parte Vieja (en euskera Alde Zaharra), corresponde al casco histórico amurallado. Es un conjunto con numerosos edificios de interés artístico e histórico.






Un hachero de bronce de dos metros de altura (2'5 metros con morrión) vigila  la entrada al casco viejo. Refleja un personaje dentro de un desfile, El 8 de septiembre, día de la Virgen de Guadalupe, se celebra su tradicional Alarde, un desfile que tiene lugar cada año en virtud del voto que los vecinos hicieron a la Virgen de Guadalupe en 1639  como agradecimiento a la liberación del asedio al que estuvo sometido el municipio por parte de las tropas francesas.
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El arrabal de la Marina o del Puerto (en euskera Portua), era el antiguo barrio de los pescadores situado extramuros y  presenta una arquitectura de carácter popular con casas tradicionales de pescadores de vivos colores.


Camino del Jaizkibel fue hallada la imagen de la Virgen Negra de Guadalupe, por dos pastorcillos y desde el S.XVI es muy venerada en su santuario. Es la patrona del pueblo. A  su intervención se atribuye  la victoria sobre los franceses de 1638 sobre los franceses puesto que la plaza salió victoriosa tras resistir durante 69 días el asedio de las tropas del Príncipe Condé.




Pasajes de San Juan

Nada más llegar a Pasai Donibane se nota la fuerte tradición pesquera de este precioso pueblo. Tiene una única y estrechísima calle al que un cuadro con dos luces (verde y roja) regula el paso.





La Casa de Víctor Hugo: El ilustre escritor pasó una estancia en Pasajes de San Juan. La casa donde se hospedó en 1843 y escribió el libro “Los Pirineos” está restaurada; contiene  mobiliario de la época tal como se describe en sus páginas.




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